Pinzas metálicas que se usan para sujetar matraces, tubos de ensayo, buretas, metales, y materiales en general de poco calibre.

Llevan un mango largo para acoplar a un soporte.

Esta técnica de trabajo deja libre las manos del operador de laboratorio, y asegura la estabilidad del objeto que se quiere manipular.

También se puede transportar la pinza a mano, para exponer al fuego y agitar simultáneamente. En este caso usando un guante que nos aisle del calor que transmite el metal.