La pasada semana los alumnos de 2º de ESO de nuestro colegio tuvieron la oportunidad de conocer varios monumentos históricos de nuestra provincia, la mayoría de ellos olvidados, pero con un valor extraordinario. A partir de ahora, como buenos turolenses serán conscientes del valor único de estas obras que tan cerca están de nuestra ciudad.
Por la mañana, y ya con el frío de noviembre que caracteriza al Valle del Jiloca, nos acercamos a las maravillosas y cada vez más conocidas ruinas del castillo de Peracense, que en esta época están «vigiladas» por numerosas armas de asedio que se exponen en él.
Posteriormente, camino a Albarracín, hicimos varias paradas a lo largo de los 25 kilómetros del Acueducto romano que une Albarracín con Cella, pasando por Gea. Los chicos se asombraron de la dificultad de su construcción. Además, de primera mano, ya que paseamos dentro de él (ya sin agua).
Como colofón, y tras comer en Albarracín, fuimos a contemplar las pinturas rupestres del arte levantino del Neolítico, en los alrededores de Albarracín. De esta forma completamos el recorrido histórico de hace ya muchos siglos que nos rodea, y del que muchas veces no somos conocedores.