Una vez más hemos podido disfrutar de una salida muy interesante por nuestra hermosa ciudad. El año pasado visitamos y conocimos una ciudad mudéjar llena de emociones y en esta ocasión hemos visitado El Museo Diocesano y la Catedral.
En las dos primeras salas del Museo Diocesano de Arte Sacro, se disponen las obras que siguen los distintos capítulos de los evangelios desde la creación del mundo hasta la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La sala tercera se dedica a los santos y mártires de la Iglesia, atendiendo no sólo a las representaciones pictóricas o escultóricas sino también a su presencia devocional a través de las reliquias mientras que en la cuarta sala, o sala de la Eucaristía se colocan elementos litúrgicos.
Interesantísimas las explicaciones que nos ayudaron a aprender a ver una obra de arte y a la vez entrar en contacto con la iconografía cristiana.
Tras el almuerzo, visitamos la Catedral. Allí aprendimos a valorar el incomparable artesonado, su magnífico retablo mudéjar y los elementos arquitectónicos que la caracterizan. ¡Qué arte tenemos en nuestra ciudad!