Presentación del Libro de David Martínez
Era viernes, 25 de noviembre, a las 19:00 horas, cuando daba comienzo, en el ámbito de la nueva Biblioteca del Colegio La Salle, la PRESENTACIÓN del Libro “La plantación Myrtles” de David Martínez Valeriano.
Arropado por la Directora General del Colegio, doña Ana Fortea, y por una buena representación de miembros del Club de lectura La Salle, amigos y conocidos, Eduardo Suárez hacía la presentación de David, autor novel, y, quién sabe si algún día, Nobel.
Eduardo, después de repetir reiteradamente que no había encontrado fallos de fechas, nombres u objetos, a pesar de su insistencia en buscarlos, fue presentando algunas claves de la novela. El espejo, v. g., auténtico protagonista de la “plantación”. David, el autor, apoyó la idea, y recordó que la portada es un espejo y la primera parte la titula expresamente ‘El espejo’. La imagen de la portada representa un espejo enmarcado, en el que aparece al fondo un dibujo muy esquemático del edificio de “La Plantación” y ‘un Ford Maverick, rojo Budweisser’, presentado en escorzo, ligeramente oblicuo de derecha a izquierda, como entrando en escena.
Eduardo insistió en el contexto geográfico y sociopolítico en el que se mueven los personajes. A partir de aquí surgieron preguntas acerca del contexto geográfico en el sentido de cómo había logrado la precisión milimétrica que se aprecia en la novela, tanto en el ambiente de Nueva Orleans como en los objetos. David, el autor, contestó que buscando en todas las fuentes documentales posibles -menos la documentación física in situ-. y en ‘san’ Google.
Una clublectora le preguntó cómo había logrado dar a los personajes el carácter que presentan que hace al lector identificarse plenamente con ellos. David, el autor, responde que en eso reside la gracia y maestría del escritor que, primero, hace suyos los personajes antes de plasmarlos en su obra. Insistió alguien, preguntando, si había en los personajes algo de David, el autor. Sí, responde, en algún personaje -deja al lector inteligente y conocedor suyo que lo descubra-, hay algún ‘tic’ mio.
Otro clublector pregunta qué fue primero si el contexto socio-geográfico o la historia. David, el autor, dice que a partir de su experiencia como guía de escritores entró en conocimiento de la Plantación Myrtles real, y lo vio como el escenario adecuado para hacer vivir –y tal vez morir- a unos personajes que pululaban por su mente. Personajes, todos ellos históricos menos alguna excepción ficticia.
Se le preguntó a David, el autor, sobre la dificultad de escribir y, más todavía, de publicar una obra. En cuanto a su tarea como escritor lo tuvo fácil. Contó con la ayuda de Ana, su mujer, que fue la que leyó las primeras páginas, le gustaron y animó a David, el autor, para que siguiera; el buen comportamiento de sus hijos, como si ver a su padre escribiendo fuera para ellos en lenitivo en su nerviosismo y actividad infantil y, por supuesto, contó con la ayuda de Iván Núñez, bibliófilo, bibliotecario y animador a la lectura, que le corrigió el primer ‘manuscrito’, recortando un treinta por ciento y aspectos algunos formales. David, el autor, aceptó muchas cosas y se reservó el derecho de autoría en otras.
En cuanto a la publicación, la opción más viable fue Amazon. Presentarlo a alguna gran editorial, lo vio imposible, y en pequeñas editoriales hubiera supuesto casi una auto-edición. Lo de la traducción a otros idiomas -inglés, sería muy interesante, p. e.-, es otra historia. Se necesita mecenas.
Se le pregunta a David, el autor, si sintió la tentación de utilizar el espejo como elemento deformante de la realidad. Aceptando que todo espejo deforma la realidad (¡), responde, que huyó de toda deformación grotesca o caricaturesca de la misma.
Acabado el turno de preguntas, David el autor, Pasó a firmar ejemplares a clublectores y demás asistentes al acto. Mientras, los más jóvenes y no tan jóvenes, gozaban de refrescos y ‘snaks’ dulces y salados.
El buen ambiente y el espacio acogedor de la Biblioteca hizo que el acto se prolongara más allá de las 21:00 horas.
En fin, un libro que se recomienda leer y disfrutar del buen hacer de David, el autor. Si él disfrutó escribiéndolo, será fácil que los lectores disfruten leyéndolo.
Deseamos a David que su nuevo proyecto, todavía en embrión, vea algún día la luz.
José María Porres, clublector.