Los alumnos de Biología- Geología de 4º de E.S.O. del colegio La Salle, realizamos los días 16 y 17 de Noviembre una excursión a Cuenca, siendo uno de los objetivos la observación y el estudio del modelado Cárstico.
En un paisaje espectacular, el Monumento Natural de Palancares y Tierra Muerta, y con un tiempo magnífico, pudimos contemplar en todo su esplendor lagunas, torcas, dolinas, simas, callejones, además de su vegetación autóctona, el muérdago en sus pinos y un árbol singular, el “Pino candelabro”.
Ya en Cuenca capital, el recorrido por la hoz del río Huécar, nos ofreció unas panorámicas espectaculares tanto del río y su desembocadura en el Júcar, como de las casas suspendidas sobre la hoz. Riberas con un colorido otoñal espléndido.
Calles históricas, como la calle de “Los tintes” donde tenían su taller los artesanos que conseguían los denominados «colores de Cuenca», utilizados para teñir las lanas que tanta fama dieron a la ciudad y la antigua muralla con sus casas de fachadas de colores.
Una visita guiada a la Catedral y después muchas fotos en la Plaza Mayor y el famoso puente de San Pablo.
Después de contemplar una panorámica de la ciudad desde la Torre de Mangana y hacer un breve recorrido por el Museo de las Ciencias, vimos desde su planetario una interesante y relajante proyección sobre evolución.
Nuestro siguiente destino “ La Ciudad Encantada”. Los agentes geológicos junto con la heterogeneidad de la roca caliza, dan como resultado una sorprendente variedad de formas: lapiaces, callejones, torcas, sumideros y por supuesto el “Tormo Alto”.
Terminamos nuestro viaje en Huerta de Marquesado, pueblo de la serranía alta de Cuenca , con un fuerte modelado Kárstico superficial y subterráneo, que cuenta con abundantes acuíferos y que la geología permite que rompan en numerosos manantiales.
El agua es y fue un recurso importante para la población. El pueblo cuenta hoy con la embotelladora de agua “Fuente Liviana” y como muestra de su uso popular, queda “El Lavadero” y “El Molino del Batán”, con doble función y que conserva sus dos máquinas ahora restauradas y en uso: el molino y el batán.
Sorprendente, curioso y divertido el sendero que conduce desde el pueblo al molino. Numerosas esculturas del artista Luis Zafrilla, de acero y pintadas, integradas en el paisaje, muestran diferentes escenas de la vida cotidiana, costumbres y juegos, en las que muchos de sus personajes son reales y pertenecen a la gente del pueblo.
Un viaje inolvidable.